Agricultura: cambiarla para adaptarla al cambio climático
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Updated on: 08 May 2021
La producción de alimentos está amenazada por el cambio climático . Nuestro sistema de agricultura depende en gran medida de nuestro entorno físico y, a pesar de que los agricultores están acostumbrados a la variabilidad climática , muchos ya están informando problemas derivados de la impredecibilidad del clima y de los patrones estacionales . Estos cambios climáticos afectan la gravedad y distribución de la maleza y las enfermedades de los cultivos . Para aumentar aún más la presión sobre nuestros sistemas de producción de alimentos, se espera que la población humana supere los 9700 millones para 2050 . Este es un claro indicio de que tenemos que actuar con rapidez.
Sin adaptación, el cambio climático podría reducir el rendimiento de los cultivos globales en hasta un 5-30% para 2050 . Por otra parte, los agricultores que se adapten cambiando los tiempos de siembra, las variedades de cultivo y gestionando el suministro de agua podrían aumentar el rendimiento entre un 7-15% en comparación con las tasas de producción actuales . Sin embargo, es importante tener en cuenta que, a medida que el planeta continúa calentándose (entre 1 y 2 °C en regiones templadas y entre 1,5 y 3 °C en las regiones tropicales ), la adaptación se vuelve más difícil y trae menos beneficios .
¿Cómo podría ser la adaptación?
En distintas partes del mundo, la agricultura puede parecer muy diferente: desde la recolección de frutos silvestres en los humedales hasta la producción de leche de camellos . Esto significa que hay una gran variedad de maneras en que los agricultores pueden adaptarse . Incluso cambios simples pueden marcar una diferencia . Por ejemplo, los viñedos franceses ahora cosechan sus uvas 30 días antes de lo que lo hacían hace 50 años y el 41% de los viticultores europeos están dispuestos a cultivar nuevas variedades de uva para adaptarse al clima .
La adaptación agrícola también puede implicar cambios mucho mayores: desde el cambio a métodos sostenibles de gestión de la tierra hasta la compra de seguros para los cultivos . Estas opciones adaptativas, grandes o pequeñas, ayudan a que la agricultura sea más resiliente al cambio, esté o no relacionado con el clima .
¿Cuándo deberíamos empezar?
Desde que los seres humanos empezaron a cultivar, la adaptación ha sido un modo de vida. La adaptación implica responder a todo tipo de cambios ambientales y sociales . Cuando se trata del cambio climático, podemos usar un enfoque similar probando ahora algunas soluciones y desarrollándolas a medida que vamos aprendiendo . Sin embargo, en lugares como el África subsahariana, se prevé que los sistemas de agricultura cruzarán puntos de inflexión en los próximos 5-20 años . Los puntos de inflexión representan umbrales que, al ser cruzados, dan lugar a cambios abruptos y rápidos en las condiciones ambientales . Si queremos evitar estos puntos de no retorno, probablemente necesitaremos cambios más inmediatos y de mayor calibre .
¿Cuáles son las limitaciones para la adaptación?
La barrera más obvia para la adaptación es el coste. Las Naciones Unidas estiman que, para 2030, adaptar la agricultura (incluyendo la silvicultura y la pesca) al cambio climático costará entre 11.300 y 12.600 millones. ¡Algunos científicos creen que esta cifra podría ser hasta 2 o 3 veces superior !
También hay otros retos, como la falta de conciencia pública , la competencia en el uso de la tierra entre varias industrias y las limitaciones tecnológicas (qué tecnología está disponible actualmente para ayudar a los agricultores a adaptarse) .
¿Cómo fomentamos la adaptación?
1. ¿Científicos locos o investigaciones fructíferas?
Existe todo un campo científico dedicado a mejorar las prácticas agrícolas, reducir el impacto medioambiental de la agricultura y controlar que haya suficiente alimento para todo el mundo. Si queremos hacer realidad estos objetivos, necesitamos financiar esta ciencia . De hecho, por cada dólar estadounidense invertido en estas investigaciones, las regiones en desarrollo podrían ganar, a la larga, entre 3,7 y 5,2 dólares .
Los cultivos modificados genéticamente son un brillante ejemplo de cómo la investigación agrícola puede ayudarnos a adaptarnos al cambio climático .
La ingeniería genética ha producido cultivos que pueden soportar altas temperaturas, escasez de agua y plagas . Además de introducir estas nuevas variedades, la ingeniería genética puede aumentar la diversidad genética de una especie introduciendo nuevas variantes de genes específicos .
La investigación basada en el análisis de datos también ofrece soluciones prometedoras: desde el desarrollo de predicciones meteorológicas precisas a la creación de mapas del suelo más detallados . Todas ellas proporcionan información precisa y en tiempo real que puede ayudar a los agricultores a decidir cómo adaptarse. Esta investigación es realmente útil: cuanta más información tengamos para tomar decisiones, más probable es que escojamos mejores opciones adaptativas .
2. Acción gubernamental y políticas
La acción gubernamental es parte de lo que se denomina un enfoque ’de arriba a abajo’ . Mientras que las comunidades y las empresas pueden presionar por el cambio, cuando se trata de la adaptación, los gobiernos siguen estando al mando : ellos son los que, creando leyes y políticas, pueden facilitar (o dificultar) la adaptación de los agricultores.
Los gobiernos también son importantes cuando se trata de financiar la agricultura. Entre 2014 y 2016, los gobiernos dieron un total de 568 mil millones de dólares estadounidenses por año al sector agrícola . Ahora más que nunca, este apoyo financiero debe incluir los costes de adaptación a nuevas maneras de cultivar.
Entonces, ¿qué políticas específicas podrían ayudar? Desde los años 90, los gobiernos suelen pagar a los administradores de las tierras para mejorar la salud de los ecosistemas locales . Los estudios de caso muestran que si se define claramente cuáles son las mejoras a obtener (p. ej., mejor calidad del agua, mayor biodiversidad) se reduce la probabilidad de fracaso de estas políticas. En caso de que funcionen, estas políticas pueden ayudar a los agricultores a ser más resilientes al cambio climático .
3. Economía
Los esquemas gubernamentales no son la única forma de financiar la adaptación al cambio climático: otras organizaciones, incluidos los bancos y las empresas privadas, también están encontrando formas para ayudar a las personas a adaptarse.
El Programa de Financiación de Riesgos de Desastres en África (ADRiFi) identifica riesgos climáticos y trabaja para minimizar las pérdidas financieras por los desastres naturales . Esto funciona, en parte, a través de un seguro que compensa a los agricultores en caso de desastre climático . Además de optar por programas similares, los agricultores también pueden adaptarse buscando nuevas formas de ganar dinero fuera de la agricultura tradicional . Entre las opciones posibles se incluyen el turismo o albergar proyectos de energía renovable .
4. Compartir mejores prácticas. ¡Cuéntaselo a tus amigos!
A nivel individual, muchos agricultores se están enfrentando a los problemas climáticos mediante estrategias adaptativas ’de base’ : los agricultures crean redes con sus agricultores vecinos con quienes comparten soluciones y aprenden unos de otros .
En Nueva Zelanda, algunos agricultures ’modélicos’ enseñan a otros a adaptarse ; en Nigeria la reforestación liderada por los agricultores (para combatir los efectos de las inundaciones repentinas) ha dado como resultado una cobertura de árboles 10 veces mayor, mejores rendimientos de cultivos y mayor fertilidad de los suelos .
El siguiente paso es compartir estas ideas con investigadores y organizaciones a nivel nacional e internacional para asegurar que los agricultores formen parte de los procesos de toma de decisiones que afectan sus tierras y sustentos .
Algunos grupos (como las mujeres, los jóvenes y los pueblos indígenas) se ven afectados desproporcionadamente cuando se administra mal el entorno . Por otro lado, algunos estudios muestran que incluir a estos grupos en la toma de decisiones puede conducir a mejores resultados para las personas y para el planeta . Por ejemplo, la deforestación en el Amazonas es de 2 a 3 veces inferior en las áreas donde los indígenas tienen derechos legales sobre sus tierras . Es decir, podemos adaptarnos reconociendo legalmente los derechos de los indígenas y utilizando sus conocimientos para hacer frente al cambio climático y a la amenaza en la seguridad alimentaria futura . Fuera de estas comunidades, equipar a más mujeres con una mejor formación y herramientas podría aumentar el rendimiento agrícola en los países en desarrollo en un 2,5-4%, ¡lo suficiente para alimentar a más de 100 millones de personas !
¿Y ahora qué?
Hemos aprendido que necesitamos personas, tecnología e investigación para adaptar nuestra forma de cultivar. Además de la acción de los gobiernos y los bancos internacionales , debemos asegurarnos de que los agricultores tengan voz y voto en la forma de producir alimentos, tanto ahora como en el futuro. Combinando la investigación científica y las técnicas de agricultura local podemos entender mejor cómo apoyar una transición progresiva hacia una agricultura resiliente al clima .
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