Para las infraestructuras de conexión que son clave, podría ser útil construir versiones ‘redundantes’ adicionales de repuesto en caso de que ocurra un desastre natural 
. Por ejemplo, si un puente importante colapsara en una inundación, habría un puente de repuesto que nos salvaría
. Es fundamental que controlemos las estructuras existentes para reducir el riesgo de que colapsen con el tiempo
. Con un pronóstico preciso, podemos reducir el riesgo de sufrir los desastres si nos adaptamos a tiempo y evitamos tener que tomar decisiones difíciles más adelante
. Si realmente queremos estar a la altura, podemos construir infraestructuras multifuncionales, tales como túneles vehiculares que también puedan evacuar el exceso de aguas pluviales 
.
Para ahorrar tiempo y dinero, otra opción es renovar las infraestructuras que ya tenemos. Esto se llama reequipamiento
. Algunos ejemplos incluyen aceras permeables, carreteras elevadas y fuentes de agua en espacios públicos
. En Abu Dhabi, los arquitectos han colocado persianas geométricas en el exterior de los rascacielos que, además de brindar protección del sol, pueden cambiar su posición con respecto a la luz solar
. Muy bueno, ¿verdad?
De hecho, el reequipamiento puede ser tan sencillo como instalar sensores de calor o pintar de blanco el techo, las carreteras y las vías de ferrocarril para reflejar la luz del sol 
. Si se hace correctamente, un techo blanco puede reflejar hasta el 80% de la energía del sol, en comparación con solo un 5-10% en el caso de un techo negro 
. Las aceras y los techos suelen representar más del 60% de las superficies urbanas
, ¡imagina cuán eficaz podría ser esta medida!
Otra solución simple de reequipamiento es el aire acondicionado. Por desgracia, este es un arma de doble filo ya que puede empeorar el problema del calor urbano a largo plazo 

. Esto se debe a que una mayor demanda de aire acondicionado ejerce presión sobre la red energética : por cada 1 °C de aumento de temperatura, ¡el uso de electricidad en las ciudades puede aumentar en un 2-4%
! Así se generan más emisiones de gases de efecto invernadero y las temperaturas aumentan 
.
Una opción más sostenible, como se ha comentado anteriormente, es diseñar edificios que toleren un rango más amplio de temperaturas
. Como alternativa, una solución particularmente novedosa es combinar un sistema de refrigeración que funcione con energía renovable y una tecnología de captura de carbono (¡ve a ver nuestro otro curso sobre captura de carbono!) para no tener efectos secundarios negativos .
1. Gobierno, ciencia y política
La adaptación será un esfuerzo de colaboración entre gobiernos, industrias y acciones locales
. La adaptación exitosa también debería aprovechar al máximo la experiencia científica disponible. Por ejemplo, los científicos pueden desarrollar mapas geológicos y de terrenos inundables para ayudarnos a identificar los lugares más seguros para construir
. En el sector de la energía, los científicos han identificado áreas propensas a tener incendios forestales, mediante estaciones meteorológicas remotas
. Si evitamos estas zonas de alto riesgo, entonces podremos reducir la probabilidad de cortes de energía
. Pensar en el futuro es muy útil a la hora de rediseñar áreas urbanas y planificar los próximos proyectos de infraestructura.
Dentro de la industria de la construcción, cada vez es más importante encontrar maneras más eficientes de tratar los residuos y las emisiones y establecer normas ambientales más estrictas. Por ejemplo, en Francia se incentiva a los nuevos proyectos de construcción a considerar los riesgos climáticos futuros con anticipación
. Desafortunadamente, la mayoría de los códigos ambientales no son tan modernos. Solo 5 de los 35 países de la OCDE tienen códigos actualizados que mencionan el cambio climático .
2. Economía
Se estima un costo global de entre $8 y 130 mil millones de dólares estadounidenses para adaptar las infraestructuras para 2030
. Es bastante dinero, así que ¿cómo podríamos aumentar los fondos disponibles?
Para este fin, necesitamos buscar diferentes fuentes de financiación, desde subvenciones públicas y privadas hasta planes gubernamentales y bancos multilaterales de desarrollo 
.
Dado que el 87-91% de los fondos destinados a las infraestructuras procede de los gobiernos de países de ingresos bajos y medios
, hay buenos motivos para repensar cómo (y por quién) están financiados los gobiernos y dónde se invierte ese dinero
. En Fiyi, el gobierno ha establecido el Impuesto de Adaptación Medioambiental y Climática: un impuesto del 10% sobre artículos de lujo y hogares costosos
. A partir de 2019, el impuesto ha logrado generar más de 119 millones de dólares fiyianos (aproximadamente 56 millones de dólares estadounidenses), de los cuales, la mayor parte se ha utilizado para adaptar las infraestructuras, entre ellas, nuevos puentes, muros rompeolas y sistemas de drenaje
.
3. Soluciones comunitarias
Al involucrar a las comunidades locales en la planificación de la adaptación al cambio climático, podemos beneficiarnos del conocimiento local. Esto podría incluir técnicas tradicionales para predecir eventos climáticos severos 
o para restaurar hábitats costeros que protejan tanto a sus habitantes como a las infraestructuras de las que dependen 
.
4. Infraestructura sostenible y soluciones basadas en la naturaleza
También podemos hacer nuestras ciudades más sostenibles creando más espacio para la naturaleza 
. Por ejemplo, los techos verdes moderan las temperaturas altas de verano
y absorben el exceso de agua de lluvia 
, e incluso pueden contener pequeñas huertas
.
Estas soluciones son parte de una idea más grande llamada infraestructura ’verde’, a diferencia de la infraestructura ‘gris’ hecha por el hombre 
. La infraestructura verde busca hacer uso de elementos naturales como estanques, parques y bosques, para mejorar la vida urbana 

y ayudar a las ciudades a hacer frente al cambio climático, absorbiendo el exceso de agua de lluvia y reduciendo las temperaturas locales 
.
Un estudio, por ejemplo, descubrió que invertir 100 millones de dólares al año en la siembra de árboles urbanos podría crear suficiente sombra para reducir la temperatura promedio en 1 °C para 77 millones de personas en todo el mundo
. Sin embargo, para que esto sea realmente sostenible necesitamos asegurarnos de que tenemos los suministros de agua adecuados
o que usamos especies de árboles tolerantes a las sequías
y preferentemente autóctonas 
.
La naturaleza también puede inspirar a los arquitectos. Esto se llama biomímesis
y se puede utilizar para diseñar infraestructuras que se adapten más a su entorno, desde edificios inspirados en escarabajos del desierto o en montículos de termitas
que favorezcan la ventilación natural y regulen la temperatura
, hasta dispositivos basados en algas que obtengan hidroenergía
.
También podemos adaptarnos inspirándonos en ecosistemas enteros. En China, los planificadores urbanos han puesto una cuarta parte del terreno del país bajo protección para que los cauces y las llanuras de inundación conserven el exceso de agua. Así, impulsan el acceso al agua dulce y mejoran la capacidad de la tierra para tolerar desastres naturales 
.
Conclusión
Es importante recordar que distintos lugares experimentarán diferentes riesgos climáticos
. Esto significa que no hay un mapa de ruta simple para construir ciudades resistentes al cambio climático
. Sin embargo, es probable que necesitemos una combinación de soluciones ’verdes’ y ’grises’ para minimizar los riesgos climáticos relevantes a nivel local 

.
Capítulo siguiente