2. Gestión de suministros de agua
Además, si pensamos en los impactos del cambio climático: aumento del nivel del mar, tormentas, inundaciones, sequías, deshielo, podemos empezar a reconocer un asunto de agua, o más científicamente, ‘hidrológico’
.
Estos eventos afectarán nuestro acceso al agua potable segura, así como a nuestra capacidad para cultivar alimentos
. Por consiguiente, tanto para la producción de alimentos como para la salud, necesitamos adaptarnos a estos cambios mediante la gestión de nuestros suministros de agua de forma más sostenible
. Esto significa repensar de dónde procede nuestra agua, cómo la transportamos y cómo la utilizamos en nuestra vida diaria
.
La financiación también puede ser internacional. En África Occidental y el Sahel, más de 20 países se han unido para crear la ’Gran Muralla Verde’, un proyecto de reforestación liderado por agricultores de 8000 km de largo
. El proyecto tiene por objetivo plantar más vegetación e incrementar el valor ecológico del Sahel, a la vez que se combate el riesgo de sequía prolongada
. Para esto, los agricultores se han adaptado cavando redes de pozos que recolectan y almacenan el agua para la estación seca. Esto no solo reduce el impacto de la escasez de agua, sino que también mejora el rendimiento de los cultivos locales y propicia que el paisaje se regenere de forma natural
.
3. Utilización de la investigación y la tecnología
La investigación y la tecnología también serán herramientas importantes para adaptarse al cambio climático. De hecho, existe todo un campo científico dedicado a mejorar las prácticas agrícolas, reducir el impacto medioambiental de la agricultura y asegurarse de que haya suficientes alimentos para todos. Desde allí, los agricultores individuales pueden ayudar a difundir la palabra a sus vecinos compartiendo qué adaptaciones funcionan mejor en diferentes regiones
.
Si queremos hacer realidad estos objetivos, necesitamos financiar esta ciencia 

. De hecho, por cada dólar estadounidense invertido en estas investigaciones, las regiones en desarrollo podrían ganar, a la larga, entre 3,7 y 5,2 dólares
.
Los cultivos modificados genéticamente son un brillante ejemplo de cómo la investigación agrícola puede ayudarnos a adaptarnos al cambio climático 

.
La ingeniería genética ha producido cultivos que pueden soportar temperaturas más altas, escasez de agua y brotes de enfermedades 
.
También podemos utilizar la tecnología para ayudarnos a predecir el futuro. Aquí es donde Early Warning Systems (‘EWS’) se ponen en práctica. EWS utiliza datos históricos para predecir futuros peligros como las inundaciones y las ondas de calor, permitiéndonos informar a la gente de los riesgos climáticos con antelación
. Además de informarnos sobre cómo adaptar las actividades sensibles al clima como la agricultura
, EWS también puede tener beneficios para la salud. En los Estados Unidos, por ejemplo, el uso de un EWS para predecir las ondas de calor provocó un 50% menos de muertes al comparar dos eventos similares
.
Moverse hacia adelante
Hemos aprendido que necesitamos personas, tecnología e investigación para ayudarnos a adaptar nuestros suministros de alimentos y agua a un clima cambiante. Si no, no sólo nos arriesgamos a tener un planeta poco sano, sino que también arriesgamos nuestra propia salud 
.
Capítulo siguiente